Our Dates *,..,*

TRAMA – El derrame de la Sangre.
Narrado por “El Escribano”.


Año 30 d.C. - Jerusalén.

Todavía recuerdo la débil cuerda que sujetaba su cuello. Recuerdo como, semana tras semana, me escabullía en la noche para poder observarlo. Su cuerpo, cada vez más azul e hinchado por la putrefacción, traslucía algo que no podía comprender, algo imposible. Vida.
Una noche, cuando ya casi podía percibirse su cráneo a través de la fina y debilitada piel, fijé mi mirada en la cuerda y, con sorpresa, comprobé que tan solo quedaba un hilo, el cual soportaba todo el peso del difunto.
Me acerqué al cuerpo dubitativamente y, utilizando mi pequeña navaja, seccioné el hilo. El cuerpo se precipitó con fuerza sobre una puntiaguda roca abriendo su cráneo en dos. El chico se apartó rápidamente. La sangre fluía velozmente.
Ahí comenzó la historia de “Las Redenciones”. Fragmentos de la piedra que fue bañada con la sangre del colgado. Con la sangre de Judas Iscariote. Posteriormente refinadas y transformadas en gemas de mágicas propiedades.

Año 80 d.C. – Roma.

Hay lugares en la Tierra que podrían denominarse “Agujeros Negros”. Son lugares por los que el Mal se ve atraído y en los que el Bien queda atrapado como una mosca en una telaraña. Estos lugares tienen alma propia y migran de situación geográfica a lo largo de la Historia. Recuerdo cuando resurgió el “mito” de los Vampiros…
El gran Coliseo acababa de construirse y fue bautizado con la sangre de los “Ghoul”, los supuestos esclavos de los Vampiros, los cuales perecían ante horribles torturas por no revelar el nido de su amo. Algunas sirvientas del emperador se pusieron en contacto con un grupo de Cristianos, los cuales se hacían llamar “La estaca de Longinus” asegurando que habían sorprendido a Tito Flavio en compañía de seres de pálida piel, cerca del cementerio de la ciudad. El líder de la orden se infiltró una noche en el palacio del emperador y nunca más se le vio. Los ciudadanos, incluida la Guardia Pretoriana, se levantaron en armas profiriendo un golpe de estado al reinado de Tito. Le despojaron de todas sus posesiones y lo arrojaron al coliseo, bajo la fuerte luz del Sol.
El pueblo, al ver que Tito no ardía, comenzó a dudar, más uno de los Cristianos se acercó, protegido por la Guardia Pretoriana, y, bajando su espada a la garganta del emperador, le observó con detenimiento. Tras unos segundos de duda, apartó la espada y golpeó con fuerza la muñeca del emperador, la cual cayó al suelo. Instantáneamente la piel de Tito comenzó a agrietarse con un tono ceniza y, con un grito, estalló en llamas.
—¡No os dejéis engañar por los trucos del Demonio! —Chilló el Cristiano, señalando la mano muerta que no había ardido, en la cual resplandecía un ostentoso anillo.

La gente sorprendida y horrorizada comenzó a mirar a su alrededor buscando con desesperación alguien con ese tipo de joya. Una mujer gritó asustada al ver que su marido llevaba un anillo como el de su emperador ahora ya convertido en cenizas. La guardia Petroriana encerró y más tarde asesinó a los que había sido hallados con ese tipo de joyas.

Sangre inocente fue derramada por el miedo irracional de los humanos, mientras los verdaderos monstruos seguían andando a su alrededor, disfrutando de esta masacre sin motivo real. Sin importar si realmente son o no inocentes.

Año 1200 d.C. – Alemania
Asesinatos, muertes, cadáveres sin sangre, la gente murmuraba que era como si le hubiesen arrancado el alma de golpe. La gente temía por su vida, y ciertamente hacían bien dado que en esos momentos en la ciudad de Munich en su época del año más fría donde solamente se puede ver la luz del sol durante 3 horas como máximo si no hace un día de fuertes lluvias y temperaturas heladoras para cualquier humano.

En esa ciudad se concentraba en esos instantes un grupo de vampiros nada amigable, los Zisis los cuales deseaban sangre sin importar si descubrían lo que eran o no. Solo deseaban una cosa, sangre. Notar como pasaba ese líquido rojo oscuro, con ese ligero sabor a cobre y esa sensación al notar como vas consumiendo la vida del humano poco a poco, notando como sus gritos de dolor se convierten en simplemente un intento de respiración. Solo pensar en eso sus bocas se hacían agua deseosas de saborear ese delicioso líquido de nuevo.

Año tras año más vampiros fueron apareciendo, otros clanes... y por suerte o desgracia no solo aparecían vampiros sino también Licántropos. Los mayores enemigos de los vampiros dado que su mordedura es mortal para estos. Los licántropos estaban siguiendo a un hombre Derek Frodiak quien buscaba a humanos para transformarlos en vampiros crear un ejercito contra los licántropos.

Más cuando pudieron encontrar al joven al menos en apariencia, este ya había completado su objetivo al menos en esta ciudad. Había sangre, mucha sangre sobre la cama. Aquellas sabanas blancas de seda habían sido teñidas por lágrimas y sangre.

No pudieron averiguar quien había sido la victima del joven llamado Derek ni que aspecto tendría, pero sabían que tenían que detener al joven antes de que siguiese con su plan.

Una joven perdida asustada y con un carisimo vestido cubierto de sangre caminaba desorientada y nerviosa por las calles del lugar, escondiéndose de la luz de las farolas y sobre todo de las miradas asustadas de la gente. Más cuando vio a tres hombres parados frente a ella se paro de golpe, no temía por su vida porque realmente ya estaba muerta, ya nada le importaba más.

Pero estos hombres no la atacaron, sino que uno de ellos se quitó su chaqueta y se la puso a ella por los hombros para después rodearla por los hombros pegándola a él, mientras muy bajito le decía una frase tranquilizadora al menos para ella -Te ayudaremos, eres fuerte lo superarás, sino serás nuestra cena- Quizás esto hubiera asustado a cualquiera más a ella no fue así, simplemente comenzó a andar con ellos, en silencio mirando hacia delante con una mirada perdida, sin vida....

Año 1888 d.C – Londres

Una mujer corre desesperada, asustada, rezando poder llegar a un lugar seguro. Corrió hasta la puerta de una iglesia donde pensaba que allí estaría segura dado que era la casa de Dios, más que errada estaba. De golpe, oyó una voz detrás de ella. La voz de una mujer joven, una mujer joven que la miraba con la cabeza levemente ladeada hacia un lado, con una sonrisa casi imperceptible.

Mujer se relajó por unos segundos, -Gran error- Susurró la joven muchacha cuando en un instante sus colmillos ya estaban rozando y penetrando la piel de la mujer que se quedó sin voz a los pocos segundos dado que la joven vampira le había arrancado la cabeza.

Cuando terminó de disfrutar de su manjar dejó a la mujer sentada en la puerta de la iglesia, por supuesto reconstruía para que no llamase demasiado la atención. Se rió pensando la cara de la persona que se encontrase el cadáver. Mucha gente nombraba a ese asesino que despiezaba a las personas como el destripador e incluso hicieron una novela y película sobre este asesino, pero claro habían supuesto que eso había sido un hombre, un hombre claramente fuera de sus cabales pero al fin y al cabo un hombre humano.

Poco a poco los asesinatos desaparecieron, dado que el clan al que pertenecía el causante se marchó de la ciudad.


Año 1954 d.C - Inglaterra.

La lluvia, proyectada por el fuerte viento, se abría paso a través de los altos árboles que rodeaban todo el terreno de la gran casa. La noche, fría y oscura, sería la única testigo de lo que allí sucedería. Con los truenos, cinco sombras ataviadas con ajadas vestimentas., bajaron de su destartalado vehículo.
La más alta de ellas se adelantó y comenzó a caminar en dirección a la gran puerta de roble de la vivienda. Los demás la siguieron. Tras unos segundos de silencio, la figura encapuchada alzó su mano de afiladas terminaciones y golpeó fuerte y reiteradamente el aldabón, en el interior de la casa comenzaron a escucharse las quejas de un anciano.
Tras unos minutos de espera, se escuchó un chasquido tras la puerta de roble, la cual se abrió. Los hombres aguardaron impasibles.Tras ella, apareció un anciano aferrado a una vieja escopeta. Uno de los encapuchados no pudo evitar reír.

- ¿Quienes sois...? -Balbuceó el anciano, intentando guardar distancia con los cada vez más cercanos visitantes. Pobre ingenuo, quizás le hubiese ido mejor si no hubiese abierto la puerta esa noche, más por desgracia para él así lo hizo y eso le costaría algo peor que la muerte.

El líder de éstos, sin mediar palabra, golpeó fuertemente al anciano con su antebrazo, lanzándole al recibidor de la casa, dejándole inconsciente en el acto. Los hombres entraron entre carcajadas rodeando a su líder, destrozándolo todo a su paso. El silencio había desaparecido.

Tres de los hombres se quedaron atrás con un hombre, poco fornido y realmente aterrado pero con suficiente valor para intentar proteger a su familia, apto en vano pero heroico igualmente para cualquier humano. Los dos hombres restantes avanzaron hasta una habitación donde se encontraba una mujer abrazando con fuerza a su hijo, con terror en su voz gritó como pudo.

-¡Largo!,¡Dejadnos! ¡Dejadnos! -Repitió con desesperación, algo que ha ambos hombres les pareció algo ridículo. El suplicar por su vida, que no tenía valor ninguno para nadie ni para su propia raza humana, que se mataban entre ellos por unos papeles de colores. La codicia era lo único que realmente movía a esa raza inferior.

El líder mandó separar a la mujer del niño, cosa que no le fue nada difícil, dado que la mujer parecía de golpe perder las fuerzas al ver el rostro de su hijo. No tenía miedo, estaba tranquilo y con una mirada casi divertida, ¿ingenuo? en absolutismo. El niño sabía que eran esos hombres, la humanidad creía que simples películas baratas no podían ser reales, solo eran delirios de alguien desquiciado por la muerte de un ser querido.

La mujer con las pocas fuerzas que le quedaban tras ver a su hijo con esa expresión suplicó de nuevo -Por favor, matádme a mi... -Gritó la mujer entre sollozos- ¡Pero no hagáis daño a mi hijo!

-Seré clemente, mujer. - El hombre respondió, resonando su voz grave en toda aquella habitación llena de muebles infantiles, retirándose su capucha y dejando su rostro repleto de cicatrices blanquecinas al descubierto añadió- Tu hijo nunca morirá.

La mujer agradecida sonrió antes de que el que la tenía agarrada le mordiese en el cuello tomando lentamente su sangre, ya que quería que viese en lo que se iba a convertir su hijo gracias a ella antes de morir. Cuando aun tenía suficiente sangre en el cuerpo la dejó caer de golpe al suelo, las fuerzas de la mujer se habían ido desde el momento que su hijo la había mirado de ese modo.

El hombre con aquellas cicatrices en el rostro se acercó al niño el cual mostraba una serenidad digna de admirar, lo cual el hombre respetaba, por lo que le susurró -Pronto el dolor desaparecerá - El niño simplemente se quedó quieto, como si de una estatua se tratase estaba allí quieto, mientras el hombre clavaba sus colmillos sobre el cuello del niño chupando prácticamente toda su sangre, hasta que le quedaba a penas un minuto de vida, el hombre se cortó en la muñeca y le hizo beber de la sangre que salía de esta, para después retorcer le el cuello y que el niño cayera en el suelo muerto.

-¡Alec! -Llamó la madre a su hijo, antes de que éste perdiera el conocimiento el niño. Al cabo de unos minutos el niño abrió los ojos de golpe como si de una pesadilla se acabase de despertar respiró fuerte hasta calmar lo que tendría que ser los latidos de su corazón, que ahora ya no sentía. El hombre de las cicatrices se acercó a él y le señaló hacia su madre.

El niño asintió y antes de que la madre de este pudiese pestañear ya se encontraba frente a frente a ella. Alzó su mano para tocar el rostro de su hijo, más antes de llegar ha alcanzarle este la mordió en el mismo sitio que aquel hombre, notando incluso más dolor que el hombre le había provocado anteriormente. Un dolor que duró segundos antes de que perdiese el conocimiento y cayese muerta a manos de su hijo de 12 años.

Cuando el niño llamado Alec alzó su mirada para buscar la mirada complacida del hombre con la cara llena de cicatrices se halló solo en su cuarto, cubierto de sangre, sangre de su madre que se hallaba muerta en el suelo con un gesto de terror. El niño salió de la habitación a paso lento esperando que todo fuese una broma y estuviesen abajo esperando por él.

Más cuando llegó solo encontró los cadáveres de su padre y su abuelo en el suelo, nadie más. Ahora estaba solo, con 12 años eternamente. No sabía que hacer, pero solo sabía una cosa que no podría ir por la vida solo con la apariencia de un niño, y que tenía sed, mucha sed. Deseaba volver a tomar ese líquido oscuro que fluía por el cuerpo de cualquier humano, volver a sentir esa sensación de placer en su garganta y aunque parezca raro notar el sufrimiento que este mismo provoca a su víctima.


Actualidad - New York

Actualmente New York es un lugar donde hay una gran concentración de seres oscuros, vampiros y licántropos se encuentran en el lugar. Nuevas razas híbridas aparecen en el lugar buscando guerra.

Los Clanes de los vampiros y sus rivalidades pueden llegar a crear una guerra entre ellos. Los Ragnarök están en la ciudad y están dispuestos a extinguir cualquier Clan si así se mantiene su secreto a salvo.